Su pasiòn
fueron las pendejas
de entre 18 y 60 años: con su barba blanca
las seducìa con total impunidad
mediante extraños subterfugios: bailar rock, bailar tango, bailar
cumbia cuarteto reggaeton vals criollo y vienès milonga etc.
màgicos rigores: recitar poemas al oìdo a las bellas
y en el momento en que Machado sentencia:
adoro la hermosura
mirarlas fijamente a los ojos
como tratando de hipnotizarlas
o algo por el estilo
o en su defecto
señalar a la dama en cuestiòn
de entre la multitud de bailarines
su pasiòn eran las pendejas
y durante las noches de luna llena o en cuarto menguante
no menguaban sus vanos intentos
consustanciado con el vampirismo màs naif
el satanismo byroniano: procurando
atacar musicalmente a las incautas
mediante toda clase de estratagemas
pero cuya finalidad era simplemente
drenarles toda la sangre
hincando sus colmillos en la aorta
o en el cuello
los ojos inyectados en sangre
o bàsicamente en blanco
y todo eso mientras bailaba el rock màs rockero
Pappo digamos
Norberto Pappo Napolitano
Dios lo tenga en su santa gloria
mientras bailaba rock con las ladies
su pasiòn eran las pendejas
hasta decir basta
hasta la nàusea
hasta la mèdula
pero mientras bailaba rock
tomado de la mano de una hermosa
adoro la hermosura etc.
esa viola lo volvìa completamente loco
esa viola violada esa violina lo volvia
absolutamente pirado
piromaniaco
le daban ganas de quemar todo
empezando por esa maldita esa fucking viola violada violina
esa viola blusera
dejaba mucho que desear: para empezar
rock y màs rock and roll
como si no existieran otras mùsicas en el mundo
como si no existiera otra melodìa que el blues
locura total, en efecto: se estaba volviendo
completamente loco de remate:
loco por el rock
chiflado por las pendejas: esas criaturas lo volvìan loco
en todas partes: en la calle
esos rostros idìlicos
el modelo estètico dominante
lo movìa
podìa con èl
como si fuera un peòn
una pieza de un engranaje desubicado o peor:
sagazmente destartalado
màgicos rigores: las pendejas
caminaban por todos lados
obviamente ni lo miraban
apenas lo veìan al monstruos en cuestiòn
el importante vejestorio estùpidamente maldito
vagamente masoquista
por no decir paranoide
locoide al decir de Arlt
con sus caras de todos los colores
sus bocas pintarrajeadas
sus blancos dientes
sus rojas lenguas
sus risas y sonrisas
en los videos en la calle en todas partes
las pendejas su gran o pequeña pasiòn
esas piernas a la luz del dìa o de la noche
esos ojos luminosos bajo el cielo tachonado de estrellas
esas manos delicadas
de una delicadeza extrema
esas nalgas esos dulces glùteos
esos dulces clìtoris
esas agridulces vaginas
esos dulces ùteros
esos vaginales labios verticales
esas rojas y ensangrentadas vulvas
que volvìan absolutamente loco tambièn a su
archienemigo el Conde Dràcula quien se
hacìa un festìn con esas menstruales lunas lunàticas
una orgìa de sangre
una cascada de orgasmos
una lluvia de polvos y de baba
machista como èl solo
machista y patriarcal a ultranza
hasta las ùltimas y primera consecuencias
el Conde Dràcula y su hijo Draculìn
para servirlos
mientras tanto
continuaba bailando rock al compàs de Pappo
quien muriò fatalmente en un accidente rutero
su pasiòn eran las pendejas
delgadas y delicadas
quienes con sus pezoncitos rosados como la aurora
lo volvìan totalmente loco de remate
con sus cabelleras rojas verdes fosforescentes
que flameaban en la noche
como estrellas
como lejanas llamas
medievales y flamìgeras
todo bailaba en aquella esfera nocturnal y sagrada:
los ojos como piedras preciosas pulidas por el viento y el agua
las grandes nalgas exorbitantes
los puntiagudos y montañosos pechos repletos de maternal leche
y las dulces vaginas chorreando esperma
despuès de coger una y 1000 veces
todo bailaba en aquel salòn de baile maldito y sobre todo nocturno
miliunanochesco: las lacias o enruladas o salvajes cabelleras
como llamas de rojo fuego
los brazos con sus brazaletes
los cuellos con sus collares
las blusas bluseras abiertas como piernas o como sexuales sexos
para no hablar de los tipos, los minos: pero eso no importa por ahora
porque su gran o pequeña pasiòn eran
se sabe
las hermosas y sabrosonas
pendejas
las cinturas las caderas todo giraba alrededor de la mùsica
los cuerpos sabiamente desnudos y orgiàsticos
dionisìacos como le gustaban a Nietzsche
letra mùsica y danza en su sacra unidad
confluìan hacia su cerebro
allì convergìan volviendolo loco y locuaz
no obstante, el baile era algo catàrtico
algo sumamente terapèutico, digamos
basta de sandeces, de solo mirar a las jòvenes
se le hacìa agua la boca
como le ocurre a todo anciano màs o menos babosos
cuya pasiòn son
las pendejas
al decir de Oliverio, eyaculaba palabras y poemas
en sus oìdos
y esto no era todo: tambièn ...
su pasiòn fueron
las pendejas:
las grandes y hermosas pendejas
las altas y delgadas pendejas
que como flores del Renacimiento
podìan con èl
ebrio de dicha
borracho de felicidad orgàsmica
las pendejas
las
pendejas
...